El nombre de Quilaco suena a rural. Evoca la calma de un pueblo silencioso donde el tiempo parece detenerse.
La vida en esta comuna es difícil, no sólo por su accidentado relieve -se inserta entre la cordillera andina y la depresión intermedia- sino por la falta de trabajo, cuestión que es la primera preocupación de las autoridades quilaquinas. Como en muchas comunas de la provincia de Biobío, los suelos que tradicionalmente se ocupaban en actividades agrícolas se reconvirtieron a plantaciones forestales, lo que no sólo ha cambiado el paisaje sino también la situación económica.
Muchos quilaquinos que dependían de las permanentes labores del campo quedaron de brazos cruzados con el aumento de la forestación. Para superar la situación, se está capacitando a los pequeños propietarios rurales para que puedan mejorar la rentabilidad de sus predios.
Esta extensa comuna, con una superficie de mil 111 kms2, está a 32 kms al suroriente de Los Angeles. De sus 4 mil habitantes, la mayor parte (71,4%) reside en sectores rurales.
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